Nadie viste bien por casualidad. Conseguirlo supone una mezcla(todo cae mejor con buena figura), tiempo ante el espejo (para elegir lo que sienta bien) y buen gusto (que se puede aprender). Pero el buen gusto sólo dependen del interés que se tenga en ofrecer una buena imagen.Así, los hombres elegantes nunca llevan las mangas o los pantalones más cortos o más largos de lo debido, los calcetines más claros que los zapatos, chaquetas demasiado amplias o apretadas ni distinto color de cinturón que de zapatos, o una prenda de abrigo que combine mal.
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